Qué piensa más: ¿Nuestro Cerebro o Nuestras Entrañas?

Qué piensa más: ¿Nuestro Cerebro o Nuestras Entrañas?

Los últimos avances en neurociencia, con sus escáner a todo color, nos han dado a entender que el cerebro es donde ocurre todo lo relacionado a nuestros pensamientos y emociones e incluso, en donde se da la respuesta de lucha, controlada por nuestra parte primitiva frente a situaciones de estrés.

Es por ello que es interesante ver como muchos científicos se han comenzado a enfocar en el pensamiento pero no desde el cerebro, sino más bien desde las mismas tripas del intestino. Así es, tenemos neuronas diseminadas a través de las entrañas y así crece la atención puesta en el Nervio Vago, el cual emerge desde el tronco encefálico, pasando a través del corazón, pulmones, los riñones y el intestino.

¿Qué tiene que ver el cerebro, las tripas y el nervio Vago? Y ¿qué relación tienen con los problemas y tratamiento del estrés y la ansiedad?

El nervio vago es la línea telefónica entre el cerebro y nuestro cuerpo, y esta conversación se está dando todo el tiempo de forma inconsciente. Cerebro y Cuerpo comunicándose segundo a segundo y mucha de esa conversación es en relación a como nos relacionamos con los otros. El pensamiento humano no fue primeramente acerca del individuo, sino más bien de la relación social y la cooperación.

Cuando te enfrentas a una situación nueva, el que toma la iniciativa es el cuerpo y éste reacciona. El corazón se acelera, la presión arterial cambia. Estas señales suben (vía Nervio Vago) al cerebro, el cual registra el “Estado Autónomo” en el que estás. A esto se le llama “Teoría Polivagal”

¿Qué es la Teoría Polivagal?

El Dr. Porges desarrolló la teoría polivagal que describe el proceso por el que los circuitos neurales son capaces de leer indicios de peligro en nuestro entorno como neurocepción (detección sin consciencia). Sería esta neurocepción la que nos hace experimentar el mundo explorando involuntariamente las personas y el entorno para determinar si son seguras o si, por el contrario, suponen alguna amenaza para nosotros.

Este es un proceso totalmente inconsciente que se produce en nuestro sistema nervioso autónomo, de la misma manera que respiramos sin tener que hacer ningún esfuerzo voluntario para ello. Es un sistema de escaneo automático que busca las señales de peligro.

Por ejemplo, las personas que han tenido experiencias traumáticas, tienen un cuerpo que es altamente reactivo a percibir amenazas. Puede no gustarles los lugares públicos con ruidos fuertes y viven principalmente en el modo “Pelear o Correr”, estresados y ansiosos. De aquí que esta teoría nos dice que Las Reacciones Físicas, moldean nuestra forma de ver y ser.

Por otro lado, se argumenta que uno de los mayores propósitos del cerebro, es leer al cuerpo y regular las primeras propuestas (o reacciones) del cuerpo. Por ejemplo, si ves a alguien que interpretas como una amenaza para ti, tu cerebro predice tu siguiente acción y acelera tu corazón y junto con él se le asocia tu respiración. Tu experimentas esos cambios como “emociones” – es miedo o es enojo – porque tu cerebro ha creado un “concepto emocional” para hacer de esos cambios físicos algo significativo.

La Importancia de las Emociones

Cuando somos muy pequeños conocemos pocas emociones (o conceptos emocionales). Los niños pequeños suelen decir; “¡Mamá, te Odio!”, cuando ellos realmente quieren decir: “Eso no me gusta”, porque ellos no han aprendido el significado cultural de Odio vs Maldad. No obstante, cuando vamos creciendo, vamos aprendiendo muchas más emociones y muchas más sub-emociones, a esto se le llama Granulación Emocional, la cual es tener la capacidad de diferenciar una emoción de otra en un conjunto de diferentes emociones. De aquí que una persona Sabia emocionalmente puede crear distintas experiencias; desilusión, enojo, rabia, rencor, resentimiento, mal humor, etc. Mientras que una persona menos sabia emocionalmente todas esas experiencias son sinónimo de: “me siento mal”.

Las personas sabias emocionalmente responden de forma flexible a la vida, poseen mejor resultados de salud mental.

El contacto físico Amoroso

Se argumenta que así como las reacciones corporales pueden apartar a la gente (cuando las percibimos como amenazas), también pueden sanarlas y sanar las relaciones. Aquí nace la importancia del Contacto Físico Amoroso, especialmente en los primeros 1.000 minutos de vida, para establecer marcadores de estabilidad emocional.

Bajo los viejos paradigmas, en donde sólo el cerebro era el protagonista, se les enseñó a las personas la autoregulación de sus emociones sólo mediante la conversación interna consciente. Pero en realidad la ayuda emocional puede venir también a través de la Co-Regulación. Por ejemplo, cuando una madre y su hijo se sostienen físicamente el uno al otro, sus cuerpos automáticamente entran en un estado de armonía, conectándose sobre un nivel metabólico. Juntos ellos se mueven desde la angustia de la separación a la mutua calma.

Si reflexionamos sobre lo expuesto y atendemos el hecho de que Cerebro y Cuerpo (tripas) piensan juntos, el viejo paradigma entre razón y emoción, cada una en su nicho y separadas, deja de tener sentido. La percepción que tenemos cada uno del mundo está creada por la “Predicción” que el cerebro hace a partir de nuestros “Estados Físicos Autónomos”.

Así entonces, se hace necesario y tremendamente importante el educar en la “Sabiduría Emocional” (Granulación Emocional) y en generar estados internos de seguridad, lo que es fundamental para nuestro bienestar mental.

 

Hernán Alburquenque

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