La ansiedad inicialmente, es una reacción adaptativa que nos prepara para dar una respuesta adecuada ante determinado tipo de situaciones, que son importantes para nosotros. Sin embargo, podemos darnos cuenta que la ansiedad se ha vuelto un problema cuando estamos constantemente preocupados de aquello que pensamos o sentimos, estamos continuamente nerviosos/as y tenemos algunas respuestas fisiológicas como taquicardia, dificultades respiratorias, sudoración, tensión muscular, entre otras. Cuando estamos nerviosos tenemos más pensamientos desagradables o negativos, como preocupaciones, indecisiones, etc. Estos pensamientos podemos considerarlos como una manifestación de ansiedad, pero a su vez generan más ansiedad. Por lo tanto, la ansiedad tiene un cierto carácter recursivo o circular: si repasamos nuestras preocupaciones, nos activamos más; si nos preocupa tener ansiedad, ésta aumentará.

Si no generamos mecanismos o estrategias para manejar adecuadamente la ansiedad, esta puede comenzar a generarnos problemas en nuestra vida cotidiana y consecuencias negativas a nivel físico y mental. Por esto es importante consultar a tiempo a un especialista.