¿Es el Estrés nuestro enemigo? Los mitos sobre el estrés

¿Es el Estrés nuestro enemigo? Los mitos sobre el estrés

 

Generalmente cuando hablamos de estrés lo asociamos a periodos o momentos donde nos sentimos sobrepasados por algunas circunstancias de la vida personal, familiar, laboral o todas juntas. Sentimos presión y sensaciones de malestar, por lo que tendemos a catalogar al estrés como algo negativo.

 

Pero la realidad es que el estrés es un proceso natural del cuerpo humano, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes, que requieren una movilización de recursos físicos, mentales y conductuales para hacerles frente, y que a veces pueden perturbar nuestro equilibrio emocional.

 

El entorno, que está en constante cambio, nos obliga a adaptarnos; por tanto, cierta cantidad de estrés es necesaria para que nuestro organismo responda adecuadamente a los retos y los cambios de la vida diaria. Es lo que se conoce como estrés positivo. Este estrés positivo también nos puede motivar a lograr ciertas tareas, como estudiar para un examen, entregar un trabajo a tiempo, llegar a la hora, etc. El problema se genera cuando esta respuesta automática que involucra recursos físicos, psicológicos y conductuales comienza a ser recurrente y a mantenerse por periodos largos de tiempo, sin dar el necesario descanso a la mente y el cuerpo para recuperarse, comenzando a ser perjudicial para la salud física y mental.

Según la American Psychological Association (www.apa.org), existen 6 principales mitos sobre el estrés:

Mito 1: El estrés es igual para todos.

 

Totalmente equivocado. El estrés es diferente para cada uno de nosotros. Lo que es estresante para una persona puede o no ser estresante para otra; cada uno de nosotros responde al estrés en forma totalmente diferente.

Mito 2: El estrés siempre es malo.

 

Según este punto de vista, cero estrés nos hace sentir felices y sanos; pero este concepto es equívoco. El estrés es para la condición humana lo que la tensión es para la cuerda del violín: muy poca tensión y el sonido es apagado y desafinado; demasiada tensión y el sonido es estridente o la cuerda se rompe. El estrés puede ser el beso de la muerte o la sal de la vida. La cuestión reside realmente en cómo manejarlo. El estrés bien manejado nos hace sentir productivos y felices; el estrés mal manejado nos perjudica e incluso nos mata.

Mito 3: El estrés está en todas partes; por lo tanto, no puede hacerse nada al respecto.

 

No es tan así. Usted puede planificar su vida de modo que el estrés no lo abrume. La planificación eficaz implica establecer prioridades y trabajar primero en los problemas sencillos, resolverlos y luego continuar el proceso con dificultades más complejas. Cuando el estrés está mal manejado, es difícil establecer prioridades. Todos sus problemas parecen ser iguales y el estrés parece estar en todos lados.

Mito 4: Las técnicas más populares para reducir el estrés son las mejores.

 

Nuevamente, no es tan así. No existen técnicas de reducción de estrés que sean eficaces para todo el mundo. Todos somos diferentes, nuestras vidas son diferentes, nuestras situaciones son diferentes y nuestras reacciones son diferentes. Lo único que funciona es un programa integral adaptado a las necesidades de la persona.

Mito 5: Si no hay síntomas, no hay estrés.

 

La ausencia de síntomas no significa la ausencia de estrés. De hecho, encubrir los síntomas con medicación puede privarlo de las señales que necesita para reducir la tensión en sus sistemas fisiológico y psicológico.

Mito 6: Los síntomas de estrés más importantes son los únicos que requieren atención.

 

Este mito supone que los síntomas "secundarios", como dolor de cabeza o acidez estomacal, pueden ignorarse con tranquilidad. Los síntomas secundarios de estrés son las primeras advertencias de que su vida se está descontrolando y de que necesita esforzarse más para sobrellevar el estrés.

¿Cómo podemos detectar el Estrés?

Manifestaciones Físicas:

 

Síntomas gastrointestinales, Deseos frecuentes de orinar, Aumento o disminución del apetito, Tensión generalizada, Taquicardia, Sudoración, Temblor, Contracturas, Tics, Dolores de cabeza, Sensación de ahogo y opresión en el pecho.

Manifestaciones Conductuales:

 

Inquietud, Tartamudeo y dificultades para hablar, Tono de voz nervioso, Insomnio y/o dificultades para conciliar el sueño, Conducta de evitación.

Manifestaciones Emocionales:

 

Susceptibilidad- Irritabilidad, Nerviosismo, Angustia, Agresividad, Enojo, Miedo a fallar, Miedo a quedar paralizado, Apatía.

Manifestaciones Cognitivas:

 

Dificultades para concentrarse, Sensación de confusión, Fenómeno de la mente en blanco, Distracción, Preocupación por el desempeño, Preocupación acerca de las consecuencias negativas de fallar, Preocupación por las sensaciones físicas, Perfeccionismo.

 

Es importante poner atención a las manifestaciones del estrés cuando estas comienzan a ser recurrentes, ya que, al mantenerlas por un largo periodo de tiempo, el estrés comienza a ser muy perjudicial para la salud.

¿Qué podemos hacer para manejar mejor el estrés?

 

Es importante saber que lo que provoca la reacción emocional del estrés, en nuestros tiempos no son necesariamente las situaciones en sí mismas, sino la interpretación que hacemos de tales situaciones, si las interpretamos como amenazantes o no.

 

Cuando estamos estresados, se elevan en nuestro cuerpo los niveles de una hormona llamada Cortisol, que en un nivel alto, tiene efectos negativos como los nombrados anteriormente.

 

Por esto es importante conocer estrategias para manejar el estrés de forma saludable y aumentar la producción cerebral de serotonina, dopamina, oxitocina y endorfinas que son sustancias químicas del cerebro que reducen el estrés, la ansiedad y la depresión.

Estrategias para la Producción de Serotonina, Dopamina, Oxitocina y Endorfinas

 

Algunas estrategias sencillas para favorecer la producción de éstas sustancias que contribuyen al bienestar y la felicidad son:

  • Hacer ejercicios: ejercicio aeróbico, correr, andar en bicicleta, nadar, etc.
  • Bailar y cantar.
  • Tener pensamientos positivos, pensar en recuerdos felices, pensar en aquellas cosas en mi vida por las que me siento agradecido.
  • Trabajar en Equipo.
  • Tener experiencias positivas.
  • Establecer objetivos a corto plazo o dividir en pequeñas metas aquellos objetivos a largo plazo y celebrar cuando se cumplen.
  • Dar o recibir un regalo.
  • Meditar, hacer yoga y ejercicios de respiración.
  • Escuchar música.
  • Comer chocolate.
  • Compartir momentos agradables con familia y amigos.

 

Es importante incorporar estrategias, actividades, pensamientos, que nos ayuden a manejar el estrés de forma saludable. Si necesitas apoyo en el manejo del estrés, en Centro Plenus podemos ayudarte con un tratamiento personalizado.

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