Sabías que en Chile existen más de 27 millones de celulares según el INE (1,5 celulares por persona) y si consideramos que el 85% del internet que utilizamos los Chilenos es desde celulares móviles (Subtel), lo cual, nos hace uno de los países con mayor conexión desde un celular en la región. Entonces, podríamos decir que; la gran mayoría de personas en nuestro país posee acceso a celulares con internet. Sabemos las maravillosas oportunidades que tenemos al alcance de nuestras manos con un celular conectado a internet pero;
¿el uso de celular posee algún riesgo para nosotros? / ¿podría ser adictivo el uso del celular?
Hoy atenderemos una serie de investigaciones que nos pueden ayudar a entender mejor los posibles efectos adversos que nos puede provocar nuestro inseparable amigo/enemigo “cel”.
Creo importante en primer lugar averiguar dos cosas, la primera; saber cuánto tiempo usamos celular al día y la segunda; saber qué es una adicción, sus características y sus potenciales perjuicios según estudios serios en relación a esta materia.
¿Cuánto tiempo pasamos con nuestro amigo-enemigo cel?
En primer lugar, te puedo comentar que los chilenos utilizan internet desde un dispositivo móvil un promedio de 37 horas a la semana, aumentando a 40, en la población llamada Millennials (eMarketer). Esto daría un promedio de 5,7 horas diarias y ojo que, esta cifra va en aumento para las nuevas generaciones. En un análisis rápido, esto significa que pasamos un 40% de nuestro tiempo de vigilia, mirando el celular, sin duda el perro dejó de ser el mejor amigo del hombre para ser sustituido por el “Amigo (o enemigo) Cel”.
Por otro lado, el consumo de datos promedio por usuario pasó de 3,4 GB mensual en diciembre 2017 a 6,6 GB mensual por abonado en diciembre 2018, registrando un crecimiento de 97% y alcanzando el décimo lugar en ranking Ocde de consumo mensual de tráfico de datos móviles (La Tercera).
¿Podemos hablar de Adicción?
Bien, en segundo lugar podemos comentar que una adicción conductual puede ser definida como un desorden caracterizado por:
(1) conducta que funciona para producir placer y aliviar sentimientos de dolor y estrés, y
(2) la falta de control o limitación del comportamiento a pesar de las consecuencias perjudiciales significativas (Shaffer, 1996).
En las adicciones conductuales, el comportamiento en sí mismo (piense en usar tu celular, redes sociales o juegos de azar) actúa como una recompensa. Whang, Lee y Chang (2003) consideran la adicción a Internet como ‘‘ un trastorno de control de impulsos sin participación de un intoxicante; por lo tanto, es similar al juego patológico (Ludopatía)”.
Algunos, de los muchos “Estudios en la materia”
Teniendo en cuenta estas definiciones, desarrollemos algo más esta relación con nuestro amigo/enemigo cel. A partir del trabajo desarrollado en el paper:
“Modeling habitual and addictive smartphone behavior The role of smartphone usage types, emotional intelligence, social stress, self-regulation, age, and gender”,
nos dice que, el comportamiento excesivo e impulsivo del uso del teléfono inteligente puede explicarse por la evolución habitual problemática (Oulasvirta, Rattenbury, Ma y Raita, 2011). Los hábitos se forman a través de actos repetidos en ciertas circunstancias (Oulasvirta et al., 2011). En la investigación cognitiva, los hábitos se definen como "un comportamiento automático desencadenado por señales situacionales, como lugares, personas y acciones anteriores" (Oulasvirta et al., 2011, p. 2). Los hábitos son actos de comportamiento sin autoinstrucción o pensamiento consciente (LaRose y Eastin, 2004), y pueden tener efectos tanto positivos como negativos (Wood & Neal, 2007). Los hábitos permiten realizar múltiples tareas y realizar tareas complejas, y proporcionan control sobre el comportamiento en situaciones nuevas (Wood & Neal, 2007). Además, los hábitos tienen una característica social positiva, porque los hábitos caracterizan a una persona y predicen sus acciones (Oulasvirta et al., 2011; Wood & Neal, 2007).
Por otro lado, los hábitos de mala adaptación pueden causar un comportamiento involuntario activado por señales internas o externas que interfieren con otros actos, por ejemplo, cuando las personas experimentan impulsos excesivos, como la comprobación, no intencionada, del buen funcionamiento del teléfonos inteligentes. Esto podría interferir con la vida diaria si no está limitado por regulaciones o normas sociales (Rush, 2011). Los teléfonos inteligentes tienen el potencial de producir nuevos hábitos relacionados con el uso de Internet, por ejemplo, acciones automáticas en las que el teléfono inteligente se desbloquea para verificar las notificaciones en la pantalla de inicio (Oulasvirta et al., 2011).
Dichas acciones automáticas, pueden ser activadas por señales externas (tono de llamada, timbre de nuevos mensajes o publicaciones) e internas (estado emocional, impulso). Cuando las acciones anteriores dieron como resultado, un resultados deseables, es probable que esas acciones vuelvan a ocurrir. La frecuencia de estas acciones y la relevancia de la recompensa determinan la fuerza del hábito (Rush, 2011). Los hábitos fuertes se repiten con mayor frecuencia y son más fáciles de provocar por señales en comparación con los hábitos que son menos automáticos (LaRose y Eastin, 2004). Esto puede alcanzar el nivel en el que se vuelven molestos, como el uso inapropiado de un teléfono inteligente en restaurantes, conciertos y / o reuniones familiares, ¿lo has vivido o lo has visto en otros?, Creo que la mayoría de nosotros podríamos responder con un “sí”. Incluso, cuando se retira el teléfono inteligente, pueden surgir ataques de pánico o sentimientos de incomodidad (Young, 1999; Shaffer, 1996).
En este estudio, ellos supusieron que:
El uso habitual de teléfonos inteligentes influye positivamente en el comportamiento adictivo a los teléfonos inteligentes.
Algunos de sus resultados
Los resultados muestran primero que el uso habitual del teléfono inteligente es un contribuyente importante al comportamiento adictivo del mismo.
Los hábitos de los teléfonos inteligentes provocan un comportamiento involuntario activado por señales internas o externas. Los impulsos automáticos en los que se desbloquea el teléfono inteligente para verificar las notificaciones aumentan la posibilidad de desarrollar comportamientos adictivos. Esto se ve reforzado por el proceso y los tipos de uso social.
El uso de teléfonos inteligentes relacionados con el proceso (por ejemplo; desbloquear el celular para ver las notificaciones) parece ser un factor determinante para el desarrollo de comportamientos habituales y adictivos de teléfonos inteligentes.
El teléfono inteligente ofrece varias experiencias placenteras que potencialmente funcionan como recompensas y aumentan la posibilidad de que el uso orientado al proceso (la acción de) se convierta en un uso habitual. Además, las experiencias placenteras pueden resultar directamente en la pérdida del control del comportamiento (Song et al., 2004).
Los propósitos sociales influyen en el uso habitual de teléfonos inteligentes. Esto indirectamente puede conducir a comportamientos adictivos. Se sabe que tanto los adictos a Internet como a los teléfonos inteligentes se centran ampliamente en las aplicaciones sociales (Li y Chung, 2006; López Fernández y otros, 2014), mientras que tienden a aislarse fuera de línea (López y Fernández y otros, 2014).
Los comportamientos de los tipos de uso de teléfonos inteligentes orientados a procesos y sociales funcionan como una recompensa: ganar juegos, desbloquear nuevas funciones o recibir nuevas notificaciones (Whang et al., 2003). Tales recompensas hacen que las personas se sientan mejor y aumentan la probabilidad de que el comportamiento vuelva a ocurrir (Bandura, 1991). Por ejemplo, cuando verificas una cuenta de Facebook, las nuevas notificaciones o los canales de noticias actúan como una recompensa y, por lo tanto, aseguran que se repita la verificación. Esto puede desarrollarse en comportamientos habituales y adictivos que se vuelven cada vez más difíciles de controlar.
Sigamos estudiando
Según el estudio: “Relationship of smartphone use severity with sleep quality, depression, and anxiety in university students”
Básicamente, se evaluó a grupos de alumnos universitarios (319 en total) con uso bajos, medios y altos de celulares con acceso a internet mediante diversos instrumentos psicológicos ((1) Pittsburgh Sleep Quality Index, (2) Beck Depression Inventory, (3) Beck Anxiety Inventory). Se determinó que los componentes disfuncionales medidos, fueron significativamente más altos en aquellas personas con un alto uso del celular. Así mismo, se demostró que existe una correlación positiva entre la adicción al celular (SAS: Smartphone Addiction Scale) y el nivel de depresión, ansiedad, calidad subjetiva del sueño, perturbación del sueño y disfunción diurna.
El grupo de alto uso de celular muestra niveles altos de depresión en comparación con el grupo de bajo uso de smartphone. El análisis de regresión indica un alto nivel del uso de smartphone y una mala calidad al dormir, predice depresión/ansiedad. En consecuencia, la depresión y ansiedad son mediadores entre el sobre-uso de smartphone y una mala calidad de sueño. Además, una alta depresión, alta ansiedad, sexo femenino y baja edad fueron predictores independientes para el sobre-uso del smartphone (o uso adictivo).
La adicción al uso del smartphone (SAS) fue mucho más alta para mujeres que para hombres. Esta diferencia puede estar relacionada con el patrón de uso o el propósito, como un mayor uso de las redes sociales (el cual se da mayormente para el caso de las mujeres). Ésta relación fue mencionada en muchos otros estudios (Kwon, Lee et al., 2013; Kwon, Kim et al., 2013; Demirci et al., 2014). Por lo tanto, las mujeres y los usuarios más jóvenes pueden ser más vulnerables al uso excesivo o la adicción a los smartphone.
El uso excesivo de un teléfono inteligente puede causar varios problemas de salud física y psicológica. Acá te nombramos algunos:
- Depresión, ansiedad y trastornos del sueño en adolescentes (p. ej., Hwang et al., 2012; Lemola, Perkinson-Gloor, Brand, Dewald-Kaufmann y Groby, 2014)
- Lemola y col. (2014) evaluaron el uso de medios electrónicos de los adolescentes por la noche, junto con trastornos del sueño y síntomas depresivos.
- La luz brillante de la pantalla de una computadora puede suprimir la secreción de melatonina y retrasar la aparición del sueño (Higuchi, Motohashi, Liu, Ahara y Kaneko, 2003)
- Loughran et al. (2005) informaron el efecto adverso de los campos electromagnéticos emitidos por los teléfonos móviles en los electroencefalogramas del sueño.
- Huber et al. (2002) informaron que la exposición al campo electromagnético (uso del teléfono móvil) en la noche influye en factores fisiológicos como la calidad del sueño y el ritmo de la melatonina, probablemente al influir en la actividad cerebral, particularmente la de la glándula pineal; también puede provocar un flujo sanguíneo cerebral alterado y una actividad eléctrica cerebral.
- Thomée, Härenstam y Hagberg (2010) informaron que el uso prolongado de medios puede causar molestias físicas, como dolor muscular y dolores de cabeza, que pueden afectar negativamente el sueño.
- La mala calidad del sueño se ha relacionado con consecuencias negativas para la salud y el rendimiento, como la obesidad y los grados escolares más bajos (Arora, Broglia, Thomas y Taheri, 2014)
En conclusiones generales; la depresión, la ansiedad y la calidad del sueño pueden estar asociadas con el uso excesivo de teléfonos inteligentes. El uso excesivo de teléfonos inteligentes puede provocar depresión y/o ansiedad, lo que a su vez puede provocar problemas de sueño.
La verdad que al estudiar el tema, nos hemos percatado que existe muchas información de todo índole en relación al uso de internet, smartphone, video-juegos, etc. Estudios que evalúan distintos usos de estos equipos, distintos grupos etarios, en distintos lugares del mundo, etc. Es impresionante el impacto en las personas y sociedades que están generando estos nuevos dispositivos y si bien, muchos de ellos son positivos hay otros, no pocos, que son muy negativos e impactan fuertemente en nuestra calidad de vida. La invitación es a profundizar en el tema y en la discusión para, saber si a largo plazo sacaremos cuentas alegres o no, sobre el uso que damos a nuestro gran amigo (o enemigo) “El cel”.
Hernán Alburquenque