¿Por qué tu Cerebro Odia el Azúcar? / Efectos del Azúcar en el Cerebro

¿Por qué tu Cerebro Odia el Azúcar? / Efectos del Azúcar en el Cerebro

El azúcar no es tu amiga

Hoy, queremos compartir una serie de estudios que avalan el dañino efecto que las comidas altamente energéticas (grasa, azúcar o ambas juntas) causan, no sólo en nuestro cuerpo mediante el aporte de tejido adiposo y con ello obesidad y todos sus problemas relacionados, sino más bien el daño que estos alimentos generan en nuestro cerebro y neuronas. Esta información es de relevancia absoluta, ya que, se creía que estos alimentos sólo tenían efecto a nivel corporal, pero hoy podremos comprender que en efecto: “Somos (incluso a nivel cerebral) lo que Comemos”.

Desde un comienzo; ¿Bebés con "Mañas"?

En primer lugar, te presentamos el efecto de la comida chatarra (pobre en nutrientes), incluso antes de nacer. El estudio es de la Profesora Felice Jacka, el cual analizó a mas 23mil mujeres embarazadas. La tremenda conclusión es: Existe relación entre la ingesta de alimentación chatarra en el embarazo y niños más propensos a la agresión y a las rabietas.(Este estudio consideró una serie de variables más, tales como: nivel de formación, ingresos, salud mental y educación de la madre).

La realidad es que; la comida chatarra (bebidas azucaradas, pasteles, galletas, etc) afectan, no sólo a la salud física del bebe, sino que también a la salud mental del mismo, viendo afectada su salud emocional.

Así también, se demostró que la alimentación de niños a base de comida chatarra y procesados genera comportamientos y sensaciones, tales como; furia, dolor, miedo, inquietud y pesadillas.

¿Por qué comer comida chatarra afecta a mi cerebro?

Hoy, se tienen más estudios disponibles sobre nuestro cerebro y su funcionamiento. Poseer una dieta rica en alimentos altamente energéticos desplaza otros alimentos que son sumamente necesarios para nuestro cerebro y no sólo para su funcionamiento, sino que también para su propio desarrollo.

Desde INRA, Universidad de Burdeos, la Dra. Sophie Layé nos ayuda a entender que las células grises, se compone de un 90% de ácidos grasos, los cuales, que el cerebro no puede producir y por ende debemos consumirlo en nuestra alimentación. Alimentos tales como: Pescado graso, entrañas, aceites vegetales, semillas y frutos secos, todos estos ricos en ácidos grasos (tales como el Omega3). Estos ácidos grasos ayudan a que las señales neuronales se realicen más rápidas, ya que mejoran las propiedades eléctricas de las neuronas.

La Dra. Sophie ha demostrado mediante experimentación con ratones que una dieta en base a comida chatarra genera ratones miedosos. Lo importante de entender aquí es que las dietas de muchos países industrializados carecen de alimentos ricos en ácidos grasos y por lo contrario son abundantes en comidas altamente energéticas, ¿has visto esto en Chile? Bueno, sólo con decir que poseemos el récord de obesidad en la región; el 74% de la población adulta en Chile sufren sobrepeso u obesidad. Además, el INTA advierte que en Chile el 70% de los niños va a ser obeso en el corto plazo. Bueno, esto debería darte una idea de como comemos.

Comer mal ¿Me hace más violento?

Es importante no caer en una alimentación monótona, ya que esto nos puede hacer deficitarios de algunas vitaminas, minerales ácidos grasos o algún amino-ácidos esenciales.

La Dra. Caroline Habold de la U. de Estrasburgo, analizó a hámster sometidos a una dieta exclusiva de maíz y observó como estos hámsters se volvían más irritables y agresivos, incluso el 80% de las madres, se comían a sus crías al momento de nacer. Todo esto por falta de la vitamina B3.

Así también, se maneja la hipótesis de que una dieta equilibrada de vitaminas, minerales y ácidos grasos podría disminuir la violencia. Con esta idea en mente se realizaron pruebas en las prisiones de la ciudad de Alkmaar de Países Bajos. Aquí modificaron la dieta existente en dichas cárceles y observaron que la violencia y castigos por hechos violentos disminuyó en 1/3, sólo con un cambio en la dieta de los reos.

Los alimentos deciden por mi

Vamos viendo cómo, en diversos estudios, un desequilibrio en la alimentación tiene mucho que ver en nuestro comportamiento.

Soyoung Park de la U. de Lübeck, nos presenta su estudio, en el cual, comprueba como lo que comemos afecta a nuestros propios pensamiento y decisiones.  ¿Podrías creer esto?

Ella descubrió que cambiando la relación proteína/azúcar en los desayunos suministrados en los sujetos de control, antes de los test de análisis, cambiaba sus decisiones de elección, así llegó a la conclusión que la comida influía en las decisiones de las personas.

Al estudiar la sangre de los sujetos y analizar los componentes hormonales (insulina, cortisol, adrenalina, ACTH) y aminoácidos (triptófano y tirosina), descubrieron que la concentración de Tirosina dependía de la alimentación suministrada a los sujetos en estudio. La Tirosina es precursor de la biosíntesis de la Dopamina, la cual garantiza la transmisión entre las neuronas que son responsables de la motivación y la disposición a correr riesgos. Así, una mayor cantidad de proteína en el desayuno de los sujetos generaba una mayor cantidad de tirosina y por tanto más disponibilidad a correr riesgos. Ella nos dice; “La comida genera un impacto en tus decisiones. Esto nos permite pensar como la comida posee un enorme potencial para cambiarnos o formarnos. Podemos usar la alimentación para lograr nuestro bienestar u optimizar nuestro cerebro” o lo que es lo mismo; la mala alimentación posee el potencial para perjudicar nuestro bienestar y ralentizar nuestro cerebro.

¿Cual es el problema?

Hoy sabemos que los alimentos ricos en azúcar y grasas dañan nuestro hipocampo, estructura en donde se consolidan nuestro recuerdos y aprendizaje. Los alimentos altamente energéticos reducen el tamaño de la materia gris y blanca. Es más, la Profesora Felice Jacka advierte que 4 días de una alimentación chatarra es suficiente para deteriorar las tareas de nuestro hipocampo (sobre todo en el campo de la memoria).

Las razones del porqué de este daño eran recientemente ignorados, hoy se ha descubierto que la alimentación altamente energética provoca que nuestro sistema inmune se debilite, luego el cuerpo reacciona generando un proceso inflamatorio, en especial en los tejidos adiposos y luego las grasas liberan agentes inflamatorios por todo el cuerpo. No hace mucho se creía que el cerebro no se veía afectado por esta situación, debido a que lo protegía la Barrera Hematoencefálica (BHE), membrana la cual, rodea los vasos sanguíneos y protege el cerebro. No obstante, hoy se ha descubierto que la alimentación daña y hace permeable la Barrera Hematoencefálica (BHE), permitiendo que estas sustancias inflamatorias lleguen a las meninges y allí causa que las células Microgliales (las cuales, tienen como función comer neuronas muertas) se comen las neuronas vivas y con ello se genera un daño a las redes neuronales y sus funciones.

El azúcar, una droga similar a la cocaína o heroína

En este punto es donde nos preguntamos: Si, el azúcar nos hace tanto mal, ¿Por qué no la dejamos y ya? Solución inmediata a una gran gama de problemas de salud relacionadas a nuestro organismo, partiendo por; sobre peso, obesidad, resistencia a la insulina,  diabetes tipo 2, Insuficiencia renal crónica, Hipertensión arterial, hígado graso, etc. Y además, todos los problemas relacionados al funcionamiento de nuestro cerebro que en muchos casos se ha llegado a relacionar con la agresividad, rabietas, depresión, entre muchas otras que se encuentran en estudio.

El Dr. Xavier Fiolamenti de la U. de Burdeos, nos comenta que la glucosa altera la actividad de toda las áreas del cerebro responsables de las sensaciones y el placer y hace la dramática sentencia; El poder de la Azúcar es similar a la de drogas duras como cocaína y heroína.

Un estudio realizado por el Dr. Serge Ahmed de la U. de Burdeos, el cual consistió en dar una sustancia acuosa azucarada y otra con drogas tales como; cocaína o heroína, a ratas de laboratorio. Luego de un tiempo, permite que dichas ratas eligieran entre la sustancia con azúcar y la con droga. ¿Cual de las dos escogían?, la respuesta es abrumadora y se dice que hasta hoy no se sabía el poder que la azúcar ejercía en nuestro cerebro, la respuesta; El ratón elige la sustancia azucarada 4 veces más que la sustancia con droga.

En una linea similar el Dr. Eric Stice del Instituto de investigación de Oregon, nos ha demostrado que los alimentos altamente energéticos (grasa+azúcar) alteran los circuitos neuronales de la misma manera que lo hace el consumo de drogas.

Los resultados de sus experimentos (Experimento; alumnos comen helado en un equipo de resonancia magnético. Se mide su actividad cerebral justo antes y mientras comen helado) demuestran que la ingesta regular de alimentos energéticos reduce significativamente el placer del consumidor. El “Sistema de Recompensa” reacciona significativamente con el azúcar pero, al consumirlo regularmente, esta respuesta genera cada vez menos placer.

Y una cosa más; Al comer demasiada azúcar el cerebro genera una hipersensibilidad a las imágenes de alimentos. Este descubrimiento puede ser clave al momento de explicar el porqué de la obesidad y los problemas derivados de ella, ya que, este es un mecanismo que se relaciona con las decisiones de las personas al momento de alimentarnos.

Si te sirvió, haz que le sirva a otros - Difúndelo

Hasta aquí un pequeño resumen de los factores que ponen en riesgo nuestra salud mental o mejor dicho, los efectos que posee la alimentación en nuestras funciones cerebrales. Ir entendiendo las consecuencias de nuestras decisiones en el ámbito alimenticio es clave para promover y proteger nuestra salud y hoy más que nunca nuestra salud mental.

Dentro de todo lo expuesto, nos quedamos con la increíble oportunidad que tenemos cada uno de nosotros para darle una mejor salud a nuestro cerebro y con ello, obviamente a nosotros mismos y a todos quienes nos rodean. Hoy, puedes tener certeza que lo que eliges comer puede hacer la diferencia en tu capacidad y bienestar cerebral.

Esperamos como Centro Plenus, que esta información pueda ser útil y la puedas difundir para que cada vez más personas tomen una decisión informada al momento de escoger qué comer y sepan que significará para su organismo y su cerebro el hecho de comer bien o comer mal.

Además, te dejamos el siguiente desafío; Observa en cada una de tus compras, las etiquetas de todos los productos procesados que consumes normalmente y busca entre ellos el azúcar. Te sorprenderá ver que casi todos los alimentos poseen la mágica droga, inclusive muchos de los alimentos salados; ¿Por qué crees que le agregan azúcar a esos alimentos?, tal vez es para que mañana vayas por un poco más.

 

Hernán Alburquenque

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *