¿Qué es la Ansiedad Social?

¿Qué es la Ansiedad Social?

Hace miles de años, la evolución del cerebro humano permitió a esta especie tener la capacidad para razonar y efectuar cursos de pensamiento más complejos. Este cerebro más evolucionado hizo posible que el hombre construyera herramientas sofisticadas, desarrollara el lenguaje y construyera la cultura, con el fin de desarrollar un sentido de sí mismo. Estos cambios condujeron al desarrollo de los sistemas sociales complejos que dieron a la especie humana una enorme independencia de las condiciones ambientales. Para apoyar estos sistemas sociales, los seres humanos desarrollaron motivaciones de alto nivel para competir por la aprobación y el apoyo de los demás (Gilbert, 2001). Nuestra especie necesita ser querida, valorada y aprobada con el fin de desarrollar relaciones sociales con pares que sirvan de apoyo socio-emocional, atraer parejas potenciales deseables, y participar con éxito en muchos tipos de relaciones sociales. El rechazo y destierro del grupo social impacta negativamente en una diversidad de variables relacionadas con la salud, incluyendo la autoestima y el sentido de pertenencia. Debido a ello es que los seres humanos temen naturalmente evaluación negativa por parte de sus pares.

La expresión desadaptativa de esta preocupación evolutivamente adaptativa es el trastorno de ansiedad social (TAS), el cual posee como eje principal el miedo a las evaluaciones negativas por parte de otros. En esta misma línea, se puede imaginar la amplia gama de interacciones sociales que pueden conducir a la ansiedad social: situaciones de rendimiento, como comer o escribir en público; iniciar o mantener conversaciones; ir a fiestas, salir, conocer a extraños; o interactuar con figuras de autoridad. Ahora bien, de entre los miedos de origen social, un evento particularmente difícil para las personas con TAS es hablar en público; y, de hecho, es la situación social más comúnmente temida.

La ansiedad social es una condición en la cual una persona se vuelve muy ansiosa cuando se encuentra bajo la percepción de escrutinio o evaluación de los demás, mientras realiza una tarea social específica.

¿Cómo saber si tengo Ansiedad Social?

El DSM-V (American Psychiatric Association, 2014), indica que la Fobia Social se caracteriza por un miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales, en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunas situaciones generadoras de ansiedad pueden ser:

  • Las interacciones sociales (mantener una conversación, reunirse con personas extrañas, entre otros).
  • Ser observado (por ejemplo, comiendo o bebiendo).
  • Actuar delante de otras personas (dar una charla, tocar algún instrumento, entre otros).

Por otro lado, la persona teme actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).

Para que se cumplan los criterios diagnósticos, es preciso que:

  • Las situaciones sociales casi siempre provoquen miedo o ansiedad.
  • La persona evite o muestre resistencia a participar de la situación con miedo o ansiedad intensa.
  • El miedo o la ansiedad sean desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación sea persistente, y dure por lo menos seis meses o más.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en el área social, laboral u otros ámbitos importantes del funcionamiento.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación no sea atribuido a los efectos de una sustancia (una droga, un medicamento, entre otros) ni a otra afección médica.
  • El miedo, la ansiedad o la evitación no se explique por los síntomas de otro trastorno mental, como el trastorno de pánico, el trastorno dismórfico corporal o un trastorno del espectro autista.
  • Si existe otra afección médica (por ejemplo, enfermedad de Parkinson, obesidad, deformación debida a quemaduras o lesiones) el miedo, la ansiedad o la evitación está claramente no relacionada.

Tipos de Ansiedad Social

Algunas personas tienen miedo solamente a ciertas situaciones de rendimiento (como hablar en público, comer en un restaurante, usar un baño público, entre otras), mientras que otras personas muestran una gama más amplia de miedos que pueden incluir numerosas situaciones de rendimiento y algunos temores de interacción (como asistir a una reunión en donde haya gente nueva, ir a una cita, decir no a peticiones no razonables).

La razón percibida de la preocupación de una persona con TAS suele centrarse en la idea de que puede mostrar síntomas de ansiedad, como hablar de forma extraña, cometer algún error o actuar de algún otro modo humillante. En consecuencia, la persona con TAS tiende a ser en extremo consciente de sí misma y muy auto-exigente en la situación social temida mostrando conductas involuntarias indeseables, como comportarse de un modo rígido o tenso, comunicarse verbalmente de un modo desarticulado derivando en una ejecución social negativa, con la consecuente atención indeseada de los demás. Las personas con TAS suelen tener estándares de ejecución social muy altos, deseando causar una impresión particular en los demás, pero dudando de su capacidad real para causar tal impresión positiva. Además, creen que captan la atención de los demás en las situaciones sociales y pasan la mayor parte del tiempo con miedo a que en el contexto social evaluativo se sientan humillados o avergonzados de sí mismos actuando de modo ridículo, pareciendo poco inteligentes o visiblemente ansiosos (Clark y Beck, 2012).

¿Quiénes la padecen?

A partir de una serie de estudios realizados para determinar la prevalencia del TAS, la tasa prevalencia de este trastorno en países occidentales es entre el 7% y 12% de la población, afectando a hombres y mujeres por igual (Furmark, 2002; Kessler et al., 2005).

Factores de riesgo

Varios factores pueden aumentar el riesgo de contraer el trastorno de ansiedad social, entre ellos:

Antecedentes familiares: Si tus padres biológicos o hermanos tienen trastorno de ansiedad social, tienes más probabilidades de padecerlo.

Experiencias negativas: Los niños que padecen burlas, hostigamiento, rechazo, ridículo o humillación pueden ser más propensos a desarrollar el trastorno de ansiedad social. Además, el trastorno de ansiedad social puede estar relacionado con otros acontecimientos negativos de la vida, como conflictos familiares, traumatismo o maltrato.

Carácter: Los niños que son tímidos, retraídos, introvertidos o reservados al enfrentar situaciones o personas nuevas pueden tener un riesgo mayor.

Nuevas exigencias sociales o laborales: Los síntomas del trastorno de ansiedad social, por lo general, comienzan durante la adolescencia, pero conocer gente nueva, pronunciar un discurso en público o hacer una presentación importante en el trabajo puede desencadenarlos por primera vez.

Tener una apariencia o enfermedad que llame la atención: Por ejemplo, la desfiguración facial, el tartamudeo o los temblores de la enfermedad de Parkinson pueden aumentar la timidez y provocar trastorno de ansiedad social en algunas personas.

Tratamiento

Entre las técnicas psicológicas de tratamiento destacan: la exposición (role playing, en vivo), el entrenamiento en habilidades sociales, la identificación y corrección de procedimientos contraproducentes, la reestructuración cognitiva, la mejora de la autoestima, el entrenamiento autoinstruccional, la relajación, enfatizar al paciente la importancia de concentrarse en la tarea o interacción social (concentrarse en aspectos del ambiente, comportamiento de los otros, etc.) es fundamental para tratar uno de los principales problemas de muchas personas con fobia social: la excesiva conciencia de sí mismos. Los programas de tratamiento suelen combinar varios procedimientos. Un tratamiento no se reduce a la suma de técnicas y procedimientos, si no a su adecuada articulación e integración en función de cada caso.

En Centro Plenus, realizamos un tratamiento integrativo, mediante técnicas como la Hipnosis Clínica, Terapia Estratégica Breve y Terapia Cognitiva Conductual. Trabajamos por una parte el origen de los miedos irracionales, reparando y sanando aquellas experiencias que los gatillaron, de manera que la persona pueda ir adquiriendo nuevos aprendizajes para su vida, que le permitan sentir mayor seguridad y confianza en sí misma, así como enfrentar el estímulo antes adverso, de forma más saludable, y por otra parte, utilizamos técnicas de relajación y autohipnosis, para ir reforzando los aprendizajes y para que la persona cuente con herramientas concretas para manejar el miedo y la ansiedad de mejor forma durante el proceso terapéutico.

 

Ps. María Paz Antonio

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